Recientemente, se ha dado a conocer un caso que ha sacudido el mundo legal, involucrando a una figura reconocida por su actitud irrespetuosa y arrogante. Nos referimos a Ricardo Antonio Pellerano, socio de la prestigiosa firma legal Pellerano y Herrera, quien ha sido denunciado por amenazar de muerte y perseguir al abogado Luis Miguel Rivas Hirujo en público.
Según la denuncia, Rivas es un ex socio de Pellerano y está en proceso de reclamar sus derechos laborales y societarios. Durante este litigio, el pasado 30 de enero, el señor Ricardo Antonio lo abordó en una estación de gasolina, apuntándolo con un arma de fuego equipada con mira láser y expresándole verbalmente su intención de causarle daño.
Es importante destacar que Ricardo Antonio Pellerano ostenta el rango de Capitán de Fragata de la Marina de Guerra y se le señala como una persona violenta, además de ser propietario de múltiples armas de fuego.
Más allá de la gravedad de estos actos deshonrosos, lo preocupante es el silencio cómplice de la comunidad jurídica y del gremio de abogados, quienes deberían tomar medidas disciplinarias enérgicas para detener este tipo de comportamientos que manchan la reputación de la profesión.
Es imperativo que individuos como Pellerano, que abusan de su posición y poder, enfrenten consecuencias. Independientemente del resultado de esta denuncia, que ahora está bajo la jurisdicción de la Procuraduría de la República, exigimos una declaración por parte del Colegio de Abogados y de la firma legal a la que pertenece el señor Ricardo Antonio.
Concluimos este artículo, o mejor dicho, este llamado a la acción, con una cita atribuida a Edmund Burke: “Para que el mal triunfe, solo se necesita que los hombres buenos no hagan nada”.